Envases primarios, secundarios y terciarios: ¿Cuál es la diferencia?

Los envases primarios, secundarios y terciarios forman parte del universo del embalaje y su conocimiento se vuelve fundamental para comprender cuál es el indicado para cada producto y situación.

Es por eso que desde Embaling, hemos creado una guía completa acerca de los diferentes tipos de envases que existen, para ayudarle a planificar mejor su estrategia de empaquetado y envío de productos. No se la pierda y ¡recuerde que puede ponerse en contacto con nuestra empresa para resolver cualquier duda relacionada con productos de embalaje y protección de envíos!

Envases primarios, secundarios y terciarios: ¿Qué son y cuál es su diferencia?

Los envases primarios, secundarios y terciarios son los encargados de proteger a los productos resguardados en su interior y, además de ello, funcionan como una excelente herramienta para potenciar la imagen de una marca.

Es importante saber que cada uno de estos envases posee marcadas diferencias que, al conocerlas, facilitan su adecuada elección a la hora de embalar las mercancías de una empresa.

Bien sabemos que las funciones principales de los empaques son 2: contener al producto que alberga de manera que pueda manipularse y transportarse de manera segura; y añadir un valor diferencial a través de la personalización.

Ambas funcionalidades convierten al envase en un elemento primordial para cualquier empresa que se dedique a vender mercancías. 

Por ello, seleccionar los materiales adecuados y planificar una estrategia comunicacional y de diseño atractiva, se vuelve de vital importancia para atraer clientes, mejorar las ventas y llegar a nuevos mercados.

Ahora bien, la mayor diferencia entre envases primarios, secundarios y terciarios radica en su vínculo con el producto contenido en su interior.

El primero está en estrecho contacto con su contenido, el envase secundario se encarga de contener y agrupar varios primarios y el terciario permite almacenar los productos hasta su venta, por lo que dentro de él se guardan grandes cantidades de envases secundarios.

Veamos los detalles:

Envases primarios

Es el envase en contacto directo con el producto y cuyas funciones principales son protegerlo y captar la mirada del consumidor. La característica más sobresaliente que debe incluir este tipo de envase es su capacidad de atracción ya que conforma uno de los factores publicitarios por excelencia.

Por ello, lo recomendable es que sea original y atractivo, que sea reutilizable y que esté fabricado con materiales de gran calidad. Un ejemplo claro de envase primario es la botella que contiene un perfume o el bote de plástico en cuyo interior se encuentra un alimento.

Envases secundarios

Se trata del empaque que contiene en su interior varias unidades de envases primarios con el objetivo de facilitar su seguridad y traslado al punto de venta o consumidor final. 

De esta manera, podríamos decir que se trata de un refuerzo del envase primario ya que lo resguarda frente a malas manipulaciones, sobresaltos en los medios de transporte o incluso frente a condiciones climáticas exteriores como la humedad, las variaciones de temperatura, entre otros factores.

Como ejemplo podemos mencionar las cajas que en su interior contienen alimentos envasados como los cereales, el arroz, las galletas, etcétera.

Lo recomendable es que el envase secundario esté confeccionado con materiales ligeros que favorezcan una sencilla manipulación y a la vez muy resistentes ya que suelen contener productos de gran volúmen y peso. El cartón es uno de los materiales predilectos para este tipo de embalaje.

Envases terciarios

Esta envoltura contiene los envases primarios y secundarios y su finalidad es evitar que sufran algún daño, rotura o deterioro en las etapas de almacenamiento y de traslado al destino de venta. 

Este tipo de empaque colabora enormemente en el transporte de grandes cantidades de productos, optimizando toda la cadena logística y permitiendo procesos eficientes en el área. 

Ejemplo de estos empaques son las cajas de cartón o madera con gran tamaño que albergan y agrupan varias cantidades de envases primarios y secundarios, los palés, los contenedores, el film transparente, entre otras opciones. 

Al contener internamente más volumen que otros envases, el material de fabricación debe ser extremadamente resistente y ser capaz de mantener agrupados y almacenados de forma correcta a todos los productos.  

Envases primarios, secundarios y terciarios: ¿Cuál debo utilizar en mi negocio?

Los envases primarios, secundarios y terciarios son elementos clave a la hora de proteger las mercancías y fomentar un branding de marca. Por ello, elegir adecuadamente el tipo de envase se vuelve fundamental para conseguir un empaque que cumpla con los requisitos del producto y la empresa. Pero… ¿Cómo escoger el envase adecuado adecuado?

El punto inicial a este dilema consiste en conocer cuál es la mercancía a envasar y analizar sus especificaciones y necesidades. Por ejemplo, si se comercializan alimentos frescos, el envase primario deberá contar con cualidades físicas y tecnológicas que eviten la contaminación y preserven la comida adecuadamente hasta su destino.

Por otra parte, el envase secundario deberá ser acorde al formato del primario y favorecer un buen acople para evitar derrames o roturas por golpes o malas manipulaciones de traslado. Lo mismo deberá suceder con el envase terciario.

El segundo factor a tener en cuenta consiste en el estilo y el diseño que se busca para cada uno de los envases. 

Recordemos que el primario será el más importante desde el punto de vista comunicacional y de marketing ya que puede ser el vehículo ideal para disparar las ventas, lo cual implica planificar una estrategia que incluya el logo de marca, la información vinculada al producto interno, una paleta de colores atractiva, el estilo de la letra, etcétera.

Además y no menos relevante es considerar el tipo de material que lo conformará y la calidad del mismo para que la mercancía se encuentre 100% protegida y el cliente reciba su producto en perfectas condiciones.

Luego, según la usabilidad, pueden añadirse diferentes cualidades que lo volverán más personalizado y funcional para el cliente o proveedor. 

Por ejemplo, facilitar agarres o un formato de fácil manipulación en los envases terciarios, agiliza la carga en los transportes; utilizar materiales biodegradables o reciclables en envases secundarios evita la contaminación del medio ambiente e invita a los consumidores a generar conciencia del cuidado del planeta.

En definitiva, los envases primarios, secundarios y terciarios cumplen con características específicas que ayudan a proteger los productos y a distinguirlos entre la competencia. Optar por empaques de gran calidad y personalizados provee de grandes ventajas a las empresas.

¿Necesita ayuda para elegir la opción adecuada para cada uno de sus productos? Si busca asesoramiento, desde Embaling ¡podemos ayudarle! Descubra toda la gama de soluciones en embalaje de nuestra empresa y contáctenos para obtener más información.

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